jueves, noviembre 06, 2008

Graciela Guerrero - Tránsitos - dpm Nov 08



Las obras que conforman esta serie tienen como punto de contacto principal diversos desplazamientos entre distintos sistemas de símbolos y convenciones visuales, potenciando las posibilidades abiertas por los “tránsitos” que he realizado con los mismos hacia canales de circulación diferentes al de su origen.

De esta forma las obras apuntan a redefinir el potencial significante del conjunto de códigos que las construyen, apuntando a que estos dialoguen con el contexto social, cultural y político en que se encuentran inmersas.

Me interesa particularmente el juego con diversos repertorios de la cultura visual (la rotulación popular, saberes artesanales, aplicaciones comerciales, etc.) por lo que la exposición prescinde de medios convencionales, o mejor dicho de un uso convencional de los medios tradicionales, ya que me he preocupado por emplear la pintura, el dibujo o la escultura en sentidos más amplios.


La exploraciones que componen esta exposición no rehúyen a lidiar con el cargado ambiente político local que ha condicionado de una u otra forma su proceso de gestación. Han sido meses en que el Ecuador ha atravesado el primer trecho de un tramo que tendrá una gran impronta histórica, pero –sin embargo- he preferido aproximarme a este contexto permitiendo alusiones abiertas, proyectables en el tiempo, obras sugestivas que a la vez que pueden insinuar lecturas concretas no están interesadas en el uso de metáforas cerradas ni agendas ideológicas determinadas.

Graciela Guerrero
(textos extraídos de la memoria de la muestra)


Dulces Sueños
Neón
1.60 x 1.40 mts.

Imágenes del bien y el mal extraídas de los nichos del cementerio de Guayaquil se enfrentan en esta pieza de neón: ángel y demonio confrontados en un rótulo de cabaret. Pecado y redención. Ellos y nosotros. Polarización extrema. Dicotomía clásica para explicar y pretextar TODO. Esta exploración del bien y el mal -de los buenos y los malos- me parece un tema tan básico pero a la vez tan pertinente y actual.

En el título lo que hago es coquetear con otro de los niveles con que juega la pieza, que va por el plano religioso y las tensiones que generan las prohibiciones a determinados comportamientos, a la estrechez con que se juzga lo “moral”. Alude a una conocida banda criminal de mujeres que operan en bares y discotecas; luego de seducir a sus víctimas las drogan con “burundanga”…por algún motivo me pareció que existe un símil entre esto y cómo operan las religiones.



Nube y Fuego
Neón
1.60 x 1.40 mts.

Una síntesis aún más austera de la obra Dulces Sueños, reduciendo la imagen a sus símbolos más elementales: lo celestial y lo terrenal, el bien y el mal.

Eterno Retorno (o Sumak Kawsay)
Mural (acrílico sobre Plywood recubierto de cemento)
2.50 x 3.00 mts.

Esta obra explora el potencial significante de manifestaciones estéticas pertenecientes a ordenamientos antropológicos a los cuales nos referimos vagamente como “populares”. Al igual que en los murales en que utilicé las imágenes de los nichos del cementerio el principio operativo consiste en disociar un imaginario de su contexto de origen y provocar –mediante su inscripción en el sistema arte- un descalce que logre activar varios niveles semánticos. Este fenómeno que ahora provoca esta imagen, lo que comunica –a pesar de partir exactamente de los mismos elementos- no se genera de manera plena en su emplazamiento original, donde quien mira no está incitado por la sugestión propia del objeto artístico.



La intervención autoral se circunscribe básicamente al proceso de selección: en este caso se reproduce un mural que se encuentra en el pueblo costero de Monteverde; es visible desde la carretera y fue pintado por estudiantes de la escuela primaria del lugar. Se comisionó la confección de una “pared” y se contrató a Leo Vinces –un pintor de rótulos artesanales de la calle Rumichaca y Luque- para que lo traduzca lo mejor que pudiese. El uso del texto en la superficie de representación – estrategia tan cara a la pintura contemporánea-, y una imagen que conlleva una buena dosis inherente de ambigüedad, permite abrir sugerentes caminos de interpretación que en el fondo no son para nada gratuitos, sino que permiten hacer lecturas relativas a las coyunturas del medio (político, cultural, social) desde su nueva plataforma de enunciación.




Montecristi (La Edad Dorada)
Objeto (Paja toquilla, libro)

Pensé en que quería hacer algo en la tradición del arte objeto, el reto consistía en lograr una pieza que sublime los acontecimientos históricos recientes y sus repercusiones mediáticas. Algo que aspire a ser una simple y triste metáfora a la vez de nuestra historia. Con la ayuda de los tejedores de sombreros de Montecristi –una población cuyo nombre nunca más nos remitirá a aquello- elaboré un libro con paja toquilla, buscando que obtenga un aspecto tosco, inacabado, en proceso de hacerse y deshacerse a la vez. Lo subtitulé con ironía “La Edad Dorada”, un tema extraído de la Metamorfosis de Ovidio que ha servido como pretexto de múltiples representaciones a través de la Historia del Arte, y que alude a un tiempo primigenio que era percibido como un estado ideal o utópico, cuando la humanidad era pura e inmortal; la Edad de Oro usualmente acaba con un acontecimiento devastador, que trae consigo la caída del hombre.

A mi pana Gerrit
Objeto (Chatarra)
92 x 70 x 70 cms

Este objeto se relaciona de algunas formas con la intervención documentada en Paisaje 1 (Mondrian), aunque pretende ser un trabajo más lúdico. En lugar de que un icono del modernismo como Mondrian se pose sobre una imagen del subdesarrollo, poniendo en evidencia las paradojas e impotencias de una añoranza de progreso, en este caso se copia en chatarra, es decir con los métodos más precarios y toscos, uno de los emblemas de la vanguardia, del diseño como utopía, del arte como medio para transformar la vida: la famosa Blue and Red Chair de Gerrit Rietveld.




Paisaje 1 (Mondrian) Paisaje 2 (Talavera) Paisaje 3 (Jama Coaque)
Intervenciones
Registro fotográfico por Ricardo Bohórquez
100 x 80 cms.

En obras anteriores he realizado intervenciones que reconfiguran un determinado paisaje (Lechugines (Palenque 2000) http://riorevuelto.blogspot.com/2006/10/lechugines-palenque-2000.html y Tendal http://riorevuelto.blogspot.com/2007/10/graciela-guerrero-tendal-1er-premio.html) para poner en tensión nociones como naturaleza-progreso o revisiones de la historia que cotejen pasado y presente. En esta oportunidad he querido abandonar el contexto urbano hasta llegar a sus bordes, a ese límite donde la naturaleza se encuentra a pocos pasos de estar desmarcada de la huella del hombre.

He pintado en algunas de las precarias covachas que pueblan estos sitios una serie de patrones que contienen una alta carga cultural, remitida a diversos tiempos históricos –lo precolombino, lo colonial, lo moderno- como un intento, por un lado, de repensar este presente como una consecuencia de distintos procesos fallidos, pero por otro de investigar la falta de nexo y relación de los habitantes de este paisaje entre su situación actual y el devenir histórico que condiciona su presente; una forma poética de mostrar la falta de consciencia o conocimiento de su rol en este “gran esquema”, su fuera de lugar, su estatus de accidente sin explicaciones. La obra juega con este choque entre naturaleza y cultura, parte de un desplazamiento hacia un espacio donde los símbolos dejan de significar y se convierten en mera decoración, en ruido, en disonancia.

Mi intención reside en llevar estos vestigios de la Historia del Arte a un contexto donde no signifiquen nada, interviniendo un paisaje monótono, triste, para así generar nuevas lecturas del mismo en el cubo blanco. Los patrones empleados no son gratuitos ni están escogidos arbitrariamente, son diseños que poseen una carga cultural específica y que pueden evocar períodos enteros de transformación en la historia. Las tres casas fueron pintadas con el consenso de sus dueños, cada uno escogiendo a su gusto y satisfacción un diseño que le plazca de los que yo ofrecí.

Es una obra que analiza la capacidad de los símbolos para significar y cómo esto cambia de un contexto a otro de acuerdo en el entorno de presentación y a la luz bajo la cual se leen. Esto es algo que está en el fondo de buena parte de mi trabajo.

No pretendo que las casas pintadas se perciban como mera publicidad, puesto que no están en lugar alguno donde aquello se perciba como tal, tampoco me interesa la representación sensiblera de la marginalidad del lugar (de hecho evite capturar a los pobladores en el registro fotográfico), lo que sí me interesa son los diversos efectos causado por el tránsito de estos símbolos en diferentes contextos, la manera cómo la carga que arrastran puede pesar o no según quién los lee, lo cual en última instancia es una meditación en torno a la cultura y sobre lo que damos por hecho en torno a ella.




Karaoke (Ñuca juyaigu Guayaquil)
Video
2:50 min.

Este video es un juego de contrastes, una metáfora que se activa en las contradicciones que la componen. Aquellas palabras en quechua que desfilan por la pantalla como partitura de karaoke sobre un video de promoción oficial de la ciudad no es más que la traducción de la canción Guayaquil de mis amores.

Originalmente le pedí a los indígenas que me ayudaron con esta tarea (trabajan en el mercado artesanal) que me gustaría filmarlos mientras la cantaban. No me queda claro si no lo hicieron porque no querían o porque simplemente ese ejercicio de traducción les provocaba una sensación de “aberración estética”. Terminé entonces articulando las pieza con un fondo musical solo instrumental, invitando al espectador a que “sufra” el desvarío de este sinsentido cantando –por lo menos- en su mente.

Concentro aquí algunas observaciones: todo se manosea desde el poder. Ya ni los imaginarios compartidos se respetan. Querer dotar de ideología a los imaginarios que conforman las identidades locales se ha convertido en un mal hábito de la “estética” de la política partidista…de derecha e izquierda por igual. Ningún emblema sigue siendo neutro, ningún símbolo nos pertenece a todos ahora. Nada puede ser honesto, nada puede ser puro.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario