miércoles, mayo 12, 2010

Graciela Guerrero - El sueño de Bolívar produce monstruos

http://www.telegrafo.com.ec/cultura/noticia/archive/cultura/2010/05/12/Nueve-obras-que-indagan-en-la-violencia.aspx



NOTA DEL EDITOR: La exposición se inaugura esta noche en la Galería dpm debido a su cancelación la semana anterior en las salas del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) del Centro Cultural Simón Bolívar. El museo canceló la muestra -que estaba ya montada y con los boletines de prensa cursados- porque la dirección del mismo no estuvo de acuerdo con el título, el cual, como es evidente, reformula el nombre del célebre grabado de Goya e invoca el ejercicio crítico que realizó en su Caprichos. Cabe recalcar que el título definitivo de la exposición fue dado a conocer el 20 de abril del presente y que a la artista le exigen cambiarlo el 4 de mayo, a dos días de la inauguración, cosa que no aceptó. Vale mencionar además que desde que Guerrero presentó su proyecto no hubo modificaciones en ninguna de las obras.

Llama la atención entonces esta señal de arbitrariedad que no se compadece de los criterios con que se deben manejar las instituciones culturales públicas. Esta actitud reproduce el sesgo ideológico que varios artistas, críticos y gestores han señalado en otras instituciones ubicadas al otro lado del espectro político. Queda sentado este como un contundente ejemplo: la intoleracia no es hija de la derecha ni de la izquierda, es parida por el ego alucinado del poder. Lamentable, descriteriada e injustificable actitud del MAAC. Durísimo golpe a la credibilidad que todos esperábamos se construya luego del cambio de administración. La ironía en este desatino del museo -después de todo aportando significantes al trabajo de la artista- es que el tenor político de la obra de Guerrero es de naturaleza post ideológica, y busca -si algo busca- evidenciarla, cualquiera sea su carácter: “se puede poner la ideología en contradicción imbuyéndole una forma que subraye sus límites ocultos, presionándola contra sus propios límites y revelando sus carencias y elisiones, obligando así a hablar a sus necesarios silencios.” Terry Eagleton

Comentario de Lupe Álvarez: "es parida por el sesgo alucinado del poder"..., es parida por el miedo. El control simbólico (percibido y subjetivado) se hace carne en la depuración -a priori- de aquello que con sólo nombrar amenaza. Bajo su égida se crean -y esto es efectivamente, postideológico-  categorías que tienen una prolija trayectoria: "no es el momento", "en esta situación hay que bregar con tino", "no hay condiciones para...". O sea, “Ojo de águila” no es una política contingente en la que la tecnología visual nos avisa de su  sesgo disciplinante. Es el efecto apremiante de la clausura ideológica que el control (vuelto cuerpo) posibilita.

Auge y decadencia de América Latina (2010) - Videoinstalación

 
Infiernillo (2010) - Instalación

 
Suite Barry White (2009-2010) - Video




 
Todos Caerán - Parte de la Suite Barry White (Stills)


La pesadilla de Barry - Parte de la Suite Barry White (Still)

 
Lo que puede un sastre -  Parte de la Suite Barry White (Still)

  
¡Cayó la "Corta-Pájaros"! (2009) - De la serie ¡Extra! ¡Extra!

¡Lo quemamos vivo en cinco minutos! (2010) - De la serie ¡Extra! ¡Extra!

 
¡Baile de puñales mató a dos en Sangolquí! (2010) - De la serie ¡Extra! ¡Extra!

¡Lo violó todo el día dentro de un carro! (2009) - De la serie ¡Extra! ¡Extra!

 
 
Infiernillo - Instalación en el MAAC



GRACIELA GUERRERO
El sueño de Bolívar produce monstruos

El trabajo de Graciela Guerrero permite realizar, a través de representaciones de violencia que atraviesan nuestra cotidianidad, una jovial indagación en torno a distintas facetas de conflictividad social. Las reelaboraciones que logra en diversos medios (video, escultura, instalación) potencian la contaminación estética de repertorios iconográficos perversamente manipulados en los entrecruces de la comunicación de masas, el entretenimiento y la cultura popular. Tras su lúdica poética opera sin embargo un agazapado filo crítico que, como un espejo, devuelve en términos simbólicos decidores matices del disparatado legado histórico de nuestro tiempo.

En la serie de esculturas ¡Extra! ¡Extra! la artista monumentaliza las caricaturizaciones de hechos delictivos que aparecen en la prensa amarillista; aquí aparenta señalar la ironía que encierra este subterfugio, empleado como respuesta a las nuevas normas constitucionales que prohíben mostrar fotografías de las víctimas de la violencia. En el trío de videos pertenecientes a la Suite Barry White se muestra una cascada de imágenes que lidian con las convenciones de representación del crimen y el castigo en los mass media, invocando tangencialmente las aristas más provocadoras de los debates y reformas legales en el país, como la delincuencia, el narcotráfico, la llamada justicia indígena, la libertad de prensa y la responsabilidad ética y social de los medios.

La video instalación Auge y decadencia de América Latina acentúa el carácter tragicómico del trabajo de la artista, hilvanando en ella una gran metáfora del devenir del panamericanismo a la luz del crispado escenario ideológico de la región; lo hace a través de uno de los poquísimos referentes culturales que realmente comparten los países de esta “vecindad”: El Chavo del 8. Esta visión pesimista se confirma en Infiernillo, una instalación que juega libremente con imágenes derivadas de los nichos del cementerio guayaquileño para reinterpretar el clima que abriga al resto de obras, y que bien puede ser símil del presente político ecuatoriano. Retumban aquí, como ecos, los dejos moralizantes del discurso hegemónico y la fantasmal amenaza del enraizamiento de un régimen punitivo.

Guerrero plantea sus obras como un guiño desconcertante: confiando en la certitud de una lectura cómplice, pero a la vez sembrando duda sobre sus verdaderas intenciones: la inasibilidad integral del punctum crítico en ellas. La invocación goyesca en el título de la exposición permite, sin embargo, enfocar estos trabajos como nuevos “caprichos”, cada uno encerrando incisivas sátiras del decadente contexto social y político que vivimos, el cual, hoy más que nunca, duerme el más profundo sueño de la razón.

Rodolfo Kronfle Chambers
Fiscal

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